Promesas, puras Promesas

Y cuando llega la hora de la verdad,simplemente oh¡ no me acuerdo, oh¡ simplemente me hago de la vista gorda, como ya gane, pues quien se va acordar de mis promesas hechas en campaña, es un truco utilizado miles de vecese en la politica de México y del mundo, y nosotros como no queremos informarnos, como no nos gusta orientarnos y como simplementen no queremos meternos en problemas, pues votamos por el que se vea menos ratero o el que valla a robar menos, total siempre es lo mismo, presidentes van presidentes vienen, promesas van promesas vienen, multitudes se forman, mutitudes desaparecen, esto es cada tres años, cada seis o cada que halla elecciones para algo, el chiste es hacer bulla, mover masas, simpatizar con mutitudes, etc, etc,

Si realmente los mexicanos entendieramos que nadie va a venir a cambiar este país que cada vez se va metiendo al hoyo y cada vez rasca para abajo, seriamos otro tipo de personas con otra mentalidad, nos alzaremos y quien quite que nuestra situación empiese a cambiar. Sabemos que las modas van las modas vienen, y recuerden las revoluciones van las revoluciones vienen, esta por cumplirse el bicentenario de la revolución mexicana, quien y quita nasca el proximo zapata o villa. No se dejen engañar por ningun medio, ni si quiera por este, es solo un punto de vista del que redacta; pero bueno la decisión la tendremos nosotros al final. Si queremos seguir a simpatizantes cada elecciones y nos metemos de lleno y nos sale por obra del espiritu santo lo juarista, marxista, villista y zapatista pues sera entonces que nos estamos acostumbrando a que nos domine el más inepto de los ineptos, el menos preparado academicamente. Por que no mejor formamos nuestras propias ideas, conciencias, leemos, nos informamos y nos preparamos para la nueva era.

Mientras unos palean, machetean, talachean, trabajan horas extras y nos pagan el minimo aún tratandonos como verdaderos animales, como personas que no tenemos sentimientos y nos pagan menos, otros simplemente por sentarse, por donar al teleton o jugueton o mamada y media, que dona para los niños de la calle (esto lo han generado ellos), que salen en spot televisivos llamando a la sociedad a que denuncie la violencia (misma que han generado), que salen besando a la virgen de guadalupe o al papa o al algun pendejo de esos, que da para la caridad, simplemen por hacerese tipo de cosas ganan los millones. A que chingones seran esos weyes, por que yo tambien dono a todas esas mamadas yo tambien ayudo a mis vecinos que no tienen de comer y a salir adelante, trato de estar bien con todos los santos y religiosos y pederastas padres y aún asi no gano millones; pues estos weyes ¿Que hacen?.

Cada Ciudadano desde su trinchera

Y mientras la sociedad se rompe la madre día con día para llevar el pan de cada día, nuestros más valiosos personajes de nuestro amado país se pelean el hueso a costa de los demás, no importandoles un bledo lo que el pueblo padesca o sufra. Que más da si son izquierdistas o derechistas, cuando ven que sus interes se van pueden ser derechistas o izquierdistas (eso es méxico) el chiste es mamar del pueblo y seguir explotandolo y menospreciandolo. Y mientras nostros no hagamos nada, los slim´s seguiran siendo dueños del centro de la ciudad de méxico, los harp helu los dueños de oaxaca, los farmacia del ahorro los dueños de chiapas y así pdemos seguir diciendo en monterrey, sinaloa y demás.

Mientras unos alzan los machetes y la voz y muestran banderas comunistas y socialistas (aunque muchos no conoscamos realmente lo que esto quiere decir) nos sentimos orgullosos de estos y peleamos junto a ellos, pero como no pelear con ellos si son los que más congruentes estan en este país, bueno tengo que decirlo, nos quda el Peje jajaja (otro represor y otro que fue de derecha y ahora es de la super unida izquierda), pero sin menospreciar a los que humildemente y de huevos alzan la voz, siempre estaremos con ellos,en ideales y movimientos, por que simplemente no dejaremos que estos weyes se lleven todo y quieran a como de lugar callar las voces del pueblo, en diferentes manifestaciones, ya sea cultural, musical, artistica, armada, ideologica, etc. Aunque cuando esto pasa siempre se nos tachara de mugrosos, rateros, terroritas, etc, etc, nos valdra madres por que de una u otra forma siempre al final tendremos la razón. Desde donde estemos, ya sea en grupo o simplemente solos, todos peleamos desde nuestra trinchera.

Pero como somos mexicanos y como hasta de la muerte nos burlamos, no nos queda más que dejarles este video pa que al ritmo de la cumbia nos pongamos a bailar y burlarnos de nuestros más inteligentes ciudadanos.

Siete Cuentos para Nadie, Cuento 3: LA PEDAGOGÍA DEL MACHETE

Les dejo un Cuento que el Sub nos dio a conocer ahora en el Festival de la Digna Rabia allá en tierras rabiosas chiapanecas. Es uno de esos tantos encuntros con la toñia y su ingenio, disfrutenla, con especial dedicación para todos aquellos pedagogos.

El otro día, para variar, la Toñita se metió sin permiso en la comandancia general del ezetaelene, una fortaleza supuestamente inexpugnable (en realidad se trata de una champita).
Me encontraba yo pensando en cuáles serían los temas más adecuados para estas mesas supuestamente redondas del Festival de la Digna Rabia, cuando me di cuenta que la Toñita ya estaba a mi lado y diciéndome:
“Oí Sup, no sirve que haces así”, mientras señalaba una foto tamaño natural de Angelina Jolie con pocas ropas.
“¿No sirve que haga qué cosa?”, le pregunté mientras revisaba las barreras “anti-toñitas” que había dispuesto para evitar que pasara lo que ya estaba pasando.
“Pues así como haces de por sí”, dice la Toña, y agrega: “¿por qué tienes a esa señora encuerada contigo?”.
Yo encendí la pipa y le respondí: “En primer lugar: no está encuerada, yo qué más quisiera. Y en segundo lugar: no la tengo conmigo, yo qué más requisiera”.
La Toñita, como es su costumbre, se queda en una parte de la película porque me pregunta: “¿Y el tercero?”.
“¿Cuál tercero?”, le pregunté.
“Pues si hay un primero y un segundo, entonces hay un tercero. Yo me saqué tercero en la escuelita”. La Toñita ha omitido el pequeño detalle de que en esa clase sólo iban 3 alumnos.
Como no quiero entrar en polémica, le propongo que si le cuento un cuento, entonces ella se va a ir para que se lo cuente a los demás.
“Sale”, dice la Toñita y se sienta en el suelo.
Yo carraspeo y comienzo con el “Habrá una vez…”
La Toña interrumpe: “¿y va a haber palomitas?”.
¿Cómo palomitas?, le pregunto desconcertado.
“Pos sí, palomitas, como cuando vemos película”, dice la Toñita.
“No”, le digo, “este es un cuento, no una película y aquí no hay palomitas”.
“Bueno”, dice la Toñita.
Yo prosigo:
“Habrá una vez un subcomandante que era muuuuuuy malo y mucho se encabronaba con las niñas que se metían sin permiso a la comandancia a dar lata”.
La Toñita pone atención. Yo aprovecho para darle un giro pedagógico al relato, con un estilo y un método que olvídense de Paulo Freire y Antón Makarenko:
“Entonces, cuando una niña se metía sin permiso en la comandancia, el subcomandante ése sacaba un su machete y ¡zás!, le cortaba la cabeza a la niña”.
La Toñita abre bien los ojos, aterrorizada.
Notando que el concepto esencial educativo se estaba captando, decidí reforzar el relato con esa técnica pedagógica marconiana que tanta fama me ha dado en los coloquios de psicología donde mucho Freud, mucho From, mucho Luria, y mucho toda la cosa:
“Y el machete no tenía filo, para que tardara más en cortar. Y estaba bien oxidado de una vez, para que la herida se infectara”.
La Toña, horrorizada, espera un final feliz.
“¿Y luego?”.
“¿Y luego qué?”.
“Pos y luego qué sigue del cuento”.
“Ah bueno, pues resulta que a la niña después le pusieron muchas inyecciones para que no se infectara”.
Y tan-tan.
“¿Tan tan? Urrr, Sup, de una vez que no sirven tus cuentos”.
“Claro que sirven”, le digo mientras la conmino a que abandone la champa.
“De balde tienes a la señora ésa encuerada, si no hay palomitas”, dice la Toñita al retirarse.
El asunto no termina ahí. La reunión que tuve con los compañeros del Comité terminó. De regreso, preparando mi mochila para movernos al cuartel, me doy cuenta de que no está mi machete.
“La Toña”, pensé y la mandé llamar.
“Oí Toñita, no encuentro mi machete, ¿no lo viste por ahí?”.
“No, pero te voy a contar un cuento”, respondió la Toñita.
“Había una vez una niña muy bonita, así como yo, y que se llamaba la Toñita, así como yo. Y entonces había un subcomandante muuuy malo que le quería cortar la cabeza con un su machete”.
“¿Y por qué le quería cortar la cabeza?”, interrumpí yo, tratando inútilmente de recuperar el control de la situación.
“Saber”, respondió la Toñita, “creo que así llegó en su pensamiento. Y entonces pues que la niña se metió en su casita de ese subcomandante a escondidas. Y entonces lo agarró su machete del subcomandante ése y fue y lo aventó en la letrina. Y tan-tan”.
La Toñita dijo el “tan- tan” ya muy lejos de mi alcance.
Así que creo que ya sé dónde está mi machete. Ahora falta recuperarlo, ¿alguien se ofrece de voluntario o voluntaria?

Tan-tan.

Subcomandante Insurgente Marcos.

México, 3 de enero del 2009.

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